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Uruguay fuera de fronteras

28 agosto 2021

La arquitectura uruguaya se expone en la Bienal de Venecia junto a grandes propuestas internacionales y, por supuesto, aquí importa, sobremanera, la exigencia previa y la calidad final de lo expuesto.

Hay una proyección del Uruguay en el mundo que a veces no vemos. Quizá porque frente a otras presencias mundiales la nuestra puede parecer muy débil o tímida, sobre todo si la comparamos con la de poderosas naciones actuales como Estados Unidos China o Japón. Sucede algo semejante si pensamos en países con una larga proyección histórica, a la manera de España, Gran Bretaña, Francia o Italia, cuya cultura se ha extendido por el planeta a lo largo de varios siglos. Todos estos países exponen una importante presencia en el mundo a través de su producción artística y científica, desarrollada por múltiples plásticos y arquitectos, técnicos e investigadores, que permiten que su cultura se expanda en el mundo.

 

Igualmente podemos decir que hay signos y manifestaciones de la cultura uruguaya en distintos continentes en función de profesionales de alto valor o de artistas de reconocida marca – pensemos sólo en Barradas o Torres García – cuyas obras están presentes en distintos museos y exposiciones mundiales.

 

Sin embargo, podemos decir también que la presencia uruguaya, a través de bienes culturales, es reconocible en América por arquitectos de referencia. Tal es el caso de la terminal de trenes del ingeniero Eladio Dieste en Río de Janeiro o de la sede de la Organización Panamericana en Washington, proyectada por otro profesional uruguayo: el arquitecto Román Fresnedo Siri. Podríamos continuar así con variados ejemplos en Europa, como la Ópera de la Bastilla, de Carlos Ott, o los increíbles y excepcionales jardines proyectados por el paisajista salteño Leandro Silva Delgado.

 

 

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Organizacion Panamericana De La Salud, Fresnedo Siri

 

Pero hay ciertos bastiones donde el país puede destacarse año a año y ese es el caso del pabellón uruguayo en la bienal de Venecia, donde de manera intercalada los artistas y los arquitectos ocupan el espacio para poner en escena el estado de la producción visual y arquitectónica uruguaya. Todo un desafío, por cierto, ya que lo que allí se expone alcanza una alta carga de representatividad y, por lo tanto, de compromiso.

 

El pabellón de Venecia es propiedad del Estado uruguayo desde 1960 (año en que fue adquirido) aunque el terreno es usufructuado por concesiones de derecho de uso otorgadas por el municipio de Venecia cada 19 años. A lo largo de 61 años de producción de exposiciones e investigaciones asociadas, Uruguay presentó en aquel pabellón la obra de artistas fundamentales y de gran trayectoria, como Cúneo, Torres García, Ernesto Vila, Gonzalo Fonseca, Ricardo Pasquale y, más recientemente, Wilfredo Díaz Valdés, Marco Maggi y Yamandú Canosa.

 

En arquitectura, en cambio, la trayectoria es más corta ya que Uruguay participará a partir de la séptima edición de la bienal de arquitectura en el año 2000, con el proyecto de recuperación del Teatro Solís como núcleo duro de la muestra y bajo el título “Montevideo: una ciudad para un teatro, un teatro para una ciudad “.

 

En la actualidad, los envíos nacionales están a cargo de la Facultad de Arquitectura Diseño y Urbanismo, a partir de un concurso, pero siempre en estrecha colaboración con el Ministerio de Educación y Cultura. La arquitectura uruguaya se expone junto a grandes propuestas internacionales y, por supuesto, aquí importa, sobremanera, la exigencia previa y la calidad final de lo expuesto.

 

 

Escrito por:
William Rey Ashfield
William Rey Ashfield