Lautre Grande 2

La columna

03 mayo 2021

Entre dos cielos

El contexto urbano e histórico en el que tuvo lugar la corta vida de Isidore Ducasse incluye dos ciudades capitales que, más allá de sus diferencias reales, tienen también similitudes de coyuntura.

Montevideo y París fueron explícitamente citadas en los Cantos de Maldoror -bajo el famoso pseudónimo de Conde de Lautréamont– pero también fueron evocadas de manera menos directa, a través de sugerentes imágenes y atmósferas construidas en aquel mismo texto.

Empecemos por la ciudad que lo vio nacer un 4 de abril de 1846, y que es también la nuestra. Montevideo vivía entonces un momento de guerra, de confrontación política armada: la así llamada Guerra Grande. Se trataba, por tanto, de un espacio de muerte y sufrimiento, de ausencia de recursos y de una gran escasez general. Posiblemente, Ducasse observó allí algunos cuadros verdaderamente dramáticos, como el traslado de heridos, actos de violencia urbana, conflictos y constantes noticias capaces de alimentar angustias y miedos. Esta circunstancia se vio potenciada por la irrupción de la fiebre amarilla, que tendrá lugar en 1857.

Sin embargo, en medio de aquella realidad adversa la ciudad no dejaba de crecer, tanto en materia de población como de nuevos edificios: en aquel entonces se inaugura, por ejemplo, el Templo Inglés, si bien otras obras importantes, como el Teatro Solís, se detienen. En cierto sentido, es un momento de transformación urbana. Andrés Lamas asigna nuevos nombres a las calles de la ciudad que, a pesar del contexto caótico, visitas de figuras como la de Domingo Faustino Sarmiento, quien escribe un diario de viaje donde hace de la realidad montevideana un falso escenario de civilización y el heroísmo, al modo de lo narrado por Alejandro Dumas en La Nueva Troya.

Terminada la Guerra Grande, se inicia para Montevideo un período de consolidación urbana, que se materializa lentamente en distintas construcciones e infraestructuras que habían sido postergadas a causa de la guerra. Ducasse permanece aquí hasta 1859.

 

> Hotel Pyramyds, frente a la Iglesia Matriz. Aquí vivía el padre de Ducasse, y aquí permaneció él mismo, durante una visita a Montevideo cuya fecha es incierta.

 

Por otro lado, la ciudad de París, tan extendida en términos territoriales, comenzará a vivir un proceso de transformaciones a partir de 1852 con la llegada al poder de Napoleón III y la incorporación de un personaje excepcional como lo fue el Barón de Haussmann, nombrado como Prefecto de la ciudad.

La necesidad de transformar el trazado urbano de París -importa recordar que en sus angostas calles medievales se atrincheraban hasta entonces, los comuneros-revolucionarios- lleva al surgimiento de las grandes avenidas, las que serán un factor de identidad urbana excepcional pero también de gran apertura para un tiro de cañón que ahora destruirá cualquier barricada. Surge así, el París de los bulevares.

Si bien toda la ciudad siente el impacto de esta cirugía vial, la intervención de Haussmann implica también la construcción de nuevos edificios y grandes parques, concebidos estos últimos en el marco de una profunda renovación socio-higienista.

Este es el escenario que le toca vivir a Ducasse en Francia. Durante sus temporadas parisinas, el autor vive y deambula por una zona bastante característica: la zona del Faubourg, que es donde se ubicaba la Bolsa de Valores y también por áreas que autores como Balzac llamarán «la cocina de la ciudad»: el mercado de Les Halles. En ese recorrido, surgen espacios como el de los pasajes parisinos, muy particularmente el de la Gallerie Vivienne, los que conforman ámbitos cívicos peculiares y agitados, que congregan a intelectuales, escritores y artistas. Ducasse frecuenta, también, sectores ubicados en los extremos de la ciudad, habitados por una enorme cantidad de desamparados, prostitutas y desalojados de las viejas construcciones, ahora demolidas por las operaciones urbanas de Haussmann.

 

Galerie Vivienne 1820 (1)

> From Wikimedia Commons, the free media repository / Author: Tangopaso

 

París es entonces, una ciudad de grandes contrastes en materia social, lo cual se agravará durante el período de la guerra franco-prusiana. Montevideo, aunque más chica en tamaño, era también una ciudad de imágenes contrastantes, contradictorias, donde civilización y barbarie convivían de manera muy cercana.

Isidore Ducasse muere en un apartamento triste y oscuro en Montmatre, el 27 de abril de 1870. Hoy hay allí una pequeña placa que expone un corto verso de sus famosos Cantos, como único testimonio de su última morada. La posteridad se encargará quizá, de abrir el espacio intelectual que este autor alcanzaría luego de vivir entre dos cielos, bajo los cuales tuvieron lugar acontecimientos tan conflictivos como memorables.

 

 

La sección «La Columna» de nuestro Blog tiene como punto de partida el espacio homónimo, a cargo de Willy Rey, en el programa Paisaje Ciudad (Radiomundo 1170am)

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Escrito por:
William Rey Ashfield
William Rey Ashfield