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Deporte & Ciudad

06 julio 2021

¿Es posible una nueva normalidad urbana?

Quizás sea un cliché hablar de las crisis como ventanas de oportunidad, pero lo cierto es que los momentos de dificultad empujan a cuestionar lo establecido y ensayar, al menos con la imaginación, nuevas formas para el mundo, sea desde el punto de vista individual, sea desde lo colectivo.

 

Como en todos los demás campos, la crisis sanitaria ha dejado a la vista graves problemas en lo que toca al espacio urbano. Sin embargo, también ha traído algunas oportunidades.

 

El fenómeno es global: el uso de los espacios públicos se encuentra en trance alrededor de todo el mundo y algo hemos podido observar en Montevideo, donde además de actividades de esparcimiento como cumpleaños infantiles y picnics al aire libre, han proliferado verdaderas tribus urbanas de deportistas de todo tipo.

 

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Bote doble de remo de @puntacarretasremo

El fenómeno va mucho más allá del aumento cuantitativo de corredores o caminantes. La explosión es también cualitativa: grandes grupos de patinadores con luces intermitentes en sus tobillos – para ser vistos por los conductores – se desplazan por calles y avenidas de la ciudad, pelotones de ciclistas bien equipados -y no tanto- circulan en formación por las principales arterias, nadadores de aguas abiertas se lanzan al río seguidos por flotadores rojos y remeros que otrora podíamos imaginar en las cercanías de la Universidad de Cambridge, avanzando por el rio Cam, avanzan hoy raudamente por el Rio de la Plata mientras los pescadores lanzan sus líneas desde la rambla sur.

Si bien es verdad que estas disciplinas no son del todo inéditas, lo que sí es nuevo, desde el punto de vista sociológico, es la configuración grupal: los deportistas, quizás por primera vez en la historia, se configuran como verdaderos actores del espacio público. Y la ciudad tiene la chance de adaptarse a esta circunstancia y aprovecharla, para mejorar.

 

Caso viniera a establecerse como hábito, la explosión deportiva tribal implicaría, desde la perspectiva del ciudadano, una mejora substancial para la calidad de vida. Según datos del Ministerio de Salud Pública, nuestro país tiene las cifras más altas del continente en sobrepeso infantil (tres de cada diez adolescentes de entre 13 y 15 años presentan sobrepeso y obesidad). Siendo así, el rol del deporte en las políticas de salud pública es esencial y promueve un sinfín de beneficios en quienes practican regularmente, desde el estado físico hasta la salud mental, máxime considerando la creciente amenaza de la alienación digital en niños y adolescentes propiciada por la pandemia. Desde la perspectiva urbanística y en cuanto a los modos de habitar, la ciudad, por su parte, se vería sin duda más bella, más amable y más humana si las nuevas tribus florecieran y realmente se consolidaran como parte de su fauna.

 

Los ciclistas se preparan. Calentamiento en Plaza de las Pioneras.

Pero esto no sucederá milagrosamente, sino en virtud de un ejercicio consciente no solo de los nuevos actores sino, y fundamentalmente, de las políticas públicas. ¿Qué sucedería si estas nuevas tribus fueran tenidas verdaderamente en cuenta por las autoridades? Es más: ¿Qué sucedería si recibieran un incentivo, por mínimo que fuera, tanto del gobierno nacional como departamental? La infraestructura de la cual se nutren estos colectivos es prácticamente nula. Su asimilación a la vida urbana no costaría demasiado, pues antes que de la inversión depende más de la adaptación, de la replanificación de lo ya existente.

 

De nuevo, algo de esto hemos podido observar en Montevideo. La peatonalización de la rambla que tuvo lugar durante la pandemia, por ejemplo, fue un movimiento experimental en este sentido. El resultado de la iniciativa fue bueno – tal es así que, levantada la medida, los colectivos reclaman a la Intendencia que la rambla, entre las calles Ejido y Luis Alberto de Herrera, vuelva a liberarse de autos la senda sur los domingos.

 

Sin embargo, las acciones oficiales parecen ignorar la velocidad y el potencial de estos movimientos sociales. Esto se potencia con la reapertura de gimnasios y polideportivos, sumada a la llegada del invierno, con lo cual el potencial impacto positivo de las nuevas tribus se disipa.

 

Su desaparición, no obstante, implicaría la perpetuación de un modelo de ciudad que urge por ser revisado y, sin duda, el desperdicio de una oportunidad inédita.

 

Preguntamos a diferentes colectivos sobre las necesidades de infraestructura y legislación que encuentran en nuestro medio. Esto es lo que respondieron:

 

@fixieuruguay

La respuesta es simple: más ciclovías. Podrá parecer poco novedoso o poco innovador, pero es que no hay que inventar nada, ya está pensado, puesto en práctica y evaluado en países como Países Bajos que han logrado hacer de la bicicleta un medio de transporte y un remedio para el tránsito y la salud. Así que nuestra repuesta va por ahí, más infraestructura para moverse en la ciudad, para estacionar las bicis, para dar soporte mecánico gratuito, más incentivos a los negocios para que sean amigables y puedan ofrecer espacios para dejar las bicis y así poder salir a pagar facturas, comprar verduras o ir a la peluquería. Muchos ponen por delante la demanda y luego la infraestructura pero debe ser a la inversa, hay que desarrollar infraestructura para que la gente se sienta segura y se anima a vivir la ciudad a pedal.

Fixie Comp

Fotos suministradas por el colectivo @fixieuruguay

 

@uruguayspeedroller

En Uruguay speed roller nos dedicamos a la practica y competición de la disciplina de patín carrera. Claramente no contamos con ningun tipo de infraestructura para practicar la disciplina de una forma segura, tenemos que entrenar en la calle con vehículos. Seria ideal un circuito cerrado. El cual se puede compartir con otras disciplinas como el ciclismo. Algo parecido al circuito que hay para ciclistas en maldonado. Eso seria genial!!!.

Roller Comp

Fotos suministradas por el colectivo @uruguayspeedroller

 

@puntacarrestasremo

Los deportes náuticos suelen tener fama de ser deportes de gente adinerada, ese mito está originado en que muchos clubes náuticos se ubican en terrenos de difícil ingreso o alto costo. Una propuesta para revertir esto sería tener más accesos al agua, como rampas públicas, lo cual permitiría que cualquiera con una embarcación pueda realizar su deporte. También sería deseable que los puertos deportivos, así como tienen espacio para veleros y embarcaciones a motor, tengan guardería de kayaks, SUPs, botes de remo, etc.; para tener una idea, en el espacio que se guarda una lancha, entran 12 kayaks. En estos espacios podría crecer el número de clubes, que incluso podrían compartir infraestructura como sucede en otras partes del mundo.

Remo Comp

Fotos suministradas por @puntacarrestasremo

 

Imagen destacada gentileza de @shiftersuy

 

Escrito por:
N. Costa Rugnitz
N. Costa Rugnitz
Nicolas Barriola
Nicolas Barriola